Organización Social
La unidad social fundamental yámana era la familia, que se componía de padres e hijos. Esta era independiente, fuertemente cerrada y la única estructura social claramente determinada. Tenía como deber social educar a los hijos de acuerdo a los principios vigentes y en pos de las metas sociales tradicionales. Los niños y niñas, hasta la edad de 7 años, fueron criados juntos; luego eran separados, según sexo, para darles una educación especializada a su rol social. Hubo tendencia a la patrilocalidad, para contraer matrimonio fue requisito la iniciación en el Ciexaus. Solo una semana después de haberse iniciado en él, los jóvenes podían vincularse entre sí. El matrimonio se basó básicamente en el cariño y respeto mutuo. Si la mujer fallecía, el hombre desposaba a la hermana de ésta; viceversa, la mujer era tomada por el hermano mayor del finado. En general, fue practicada la monogamia y se buscaba pareja dentro del mismo grupo dialectal. El hombre era la autoridad, él tomaba las decisiones que involucraban al conjunto, aunque la mujer era soberana de sus actividades y poseía igualdad de derechos.
No existió ordenamiento jerárquico ni tampoco una autoridad única al interior de la comunidad, ya que era toda ella quien velaba por el cumplimiento de sus tradiciones. La población yámana estaba dividida en grupos locales. Las relaciones intergrupales, por lo general, fueron pacíficas, aunque la violencia estuvo presente, fundamentalmente por estrés de recursos. Las diferencias fueron zanjadas mediante la fuerza y/o la venganza. Hubo intercambio de bienes con los grupos vecinos y también, luego, con los europeos de paso por sus costas. La propiedad de ciertos objetos fue de carácter personal, como las armas, las ropas o canastos, y otros de carácter colectivo, como la vivienda y el alimento.