Esta pieza, encontrada en Illapel, es uno de los casi 30 ejemplares de discos de bronce que se conocen de Aguada, uno de los principales desarrollos culturales del Noroeste Argentino. Representa al “Personaje de las manos vacías”, una deidad solar panandina que, con modificaciones, subsistió hasta tiempos inkaicos. Fue hecho por vaciado en molde de “cera perdida”. Primero, se hacía un modelo en cera del disco, que el artesano tallaba cuidadosamente.Luego, el modelo se encerraba en varias capas de arcilla, dejando un canal por donde se vertería el metal.
Tras varios días de secado, el conjunto se colocaba al fuego; la cera se fundía y la arcilla se cocía. El resultado era un cuerpo cerámico hueco que, en negativo, contenía todos los detalles previamente plasmados en el modelo. Se introducía entonces el metal fundido. Luego de su solidificación, el artesano rompía el molde, encontrando el disco colado en su interior.