Economía
La economía mapuche ha variado en el tiempo. En el siglo XVI, ésta se centraba en la caza y recolección, complementándose con la semidomesticación de camélidos y una producción hortícola no intensiva, que consistía principalmente en el despeje de campos mediante quema de bosques para alternar terrenos cultivables. Su economía era de subsistencia, es decir, con escasa acumulación productiva. La mujer estaba a cargo de las labores domésticas y de la manufactura cerámica y textil (düwekafe/tejedora). La Guerra de Arauco sostenida durante la Colonia determinó una economía propia de la guerra, en que los asaltos y “malocas” eran una fuente de ingresos. En esta misma época se produce la incorporación del caballo, sin el cual no se entiende la economía mapuche tradicional.
Durante los siglos XVII y XVIII se dio la ‘Araucanización de las Pampas’; los mapuche incorporaron la ganadería bovina, inaugurando y encabezando un circuito mercantil fronterizo entre Chile y Argentina, convirtiéndose en los mayores traficantes de caballos y ganado de Chile. También se incrementó la textilería, tanto para uso como para venta, igual la cestería, la cerámica y en especial, la platería, una ocupación masculina (ngutrafe o retrafe/joyero), que alcanzó en el siglo XIX su mayor desarrollo. La denominada ‘Pacificación de la Araucanía’ en 1881 significó el fin de esta etapa de auge económico y la pérdida de su autonomía. Nació la Comisión Radicadora de Indígenas para su reducción y entrega de títulos de merced (propiedad de la tierra).
Tras un período de casi 20 años, la sociedad mapuche se empobreció, pero lograron adaptarse al régimen de hijuelas, haciéndose agricultores de subsistencia con una tecnología precaria y ganaderos a muy pequeña escala. La familia se congregó en torno a la ruka, con un pedazo de tierra de usufructo privado y recursos animales y materiales propios, salvo en el caso de la mediería o, de precisar mucha mano de obra, del mingaco o ‘vuelta de mano’. Consecuencias directas de la vida de los mapuche en reducciones son el sobretalaje de los terrenos, la destrucción de los bosques por la no reforestación y la sobreexplotación de suelos ya pobres. Los efectos indirectos han sido el envejecimiento y la masculinización de la población debido a la migración como mecanismo para regular la presión demográfica, la que, sin embargo, al mismo tiempo ha sido el principal dispositivo de integración del mapuche a la sociedad nacional.
Actualmente, la mayor parte de los mapuche se desenvuelven en la ciudad, si bien mantienen un modo de vida campesino de pequeños productores en el campo, compuesto básicamente por gente mayor que conservan la cultura tradicional. En resumen, hoy los principales factores de producción de los mapuche son su fuerza de trabajo, la tierra y una gran solidaridad interna.