Culto y Funebria
La gran mayoría de las vasijas decoradas que han servido para caracterizar a esta cultura proviene de ajuares de tumbas. La forma más común era construida con cinco grandes lajas de piedra, formando una verdadera cista o caja rectangular, donde era depositado el difunto. Le acompañaba un ajuar que podía consistir en aros, hachas, pinzas, cinceles de cobre, espátulas o cucharas de hueso finamente talladas y vasijas cerámicas. La prepoderancia con que aparece la figura del felino en las vasijas mortuorias, sugiere un cierto culto a este animal.